No soy una persona a la que le gustan las películas de danzas, cánticos, siquiera las de Disney llamaban mi atención en mi niñez, sin embargo, El Cisne Negro, me ha encatado, me hablaron varias de ella, por lo que el fin de semana, lo he dedicado a ver algunas películas, y cómo no, ha sido un fin de semana productivo en cuanto a películas que no tenia pensamiento de ver.
Natalie, es perfeccionista, una cara de chica buena, un baiale perfeccionado, sin embargo, le falta la sensualidad que caracteriza a una mujer fatal.
Natalie, heredó su profesión de su madre, una mujer que se quedó embarazada y que por ello, tuvo que abandonar su sueño y dedicarse a los haceres de madre y esposa. Sin embargo, su hija, heredó a modo de obligación tener que dedicarse a lo mismo, ver cumplido su sueño, pero en su propia hija, a la cual a educado con una disciplica excesiva, atrapandola en el tiempo, en la niñez que no podía vivir.
Natalie, tendrá que despertar en ella, la seducción de lo que es en sí, el ser bailarina, y no lo tendrá fácil, ya que tendrá a su mayor enemigo con ella, para quitarle el papel, un duro enfrentamiento entre ambas, la competencia de quedarse una de las dos el papel, veremos el lado de la presión de agobio de la propia Natalie, donde podremos darns cuenta de su mente enferma.
Veremos el lado oscuro de la danza, pero también veremos a una Natalie complicada, ante un papel de pura inspiración.
Es una película realmente pesada, pero es sin lugar a dudas un thriller psicológico que me ha dejado cautivada por el mundo desconocido que es la danza, con unos matices realmente considerados.