Cosmopolis es una de esas historias llenas de personajes fríos calculadores con apariencia elegante con trajes y corbatas por doquier donde las apariencias no son lo que parecen, pues está llena de piedras en donde todo el dialogo que la compone le pertenece a la mente más detallista del espectador quien por naturaleza puede ver más alla de lo que nos quieren enseñar, es ese el detalle por el que muchos que tenemos perdición por el cine, detallamos cada trama con la intención de no quedarnos solamente con la historia principal, sino sacar mucho más de ellas, más cuando hay quienes se lo merecen, como es sin duda alguna Cosmopolis.
Cosmopolis, es la realidad de un chico joven y con poder dentro del mundo de las finanzas donde no tiene el más mínimo detalle de ser capaz de todo por y para su propio beneficio.
Parker, es un niño de papa que es capaz de cualquier cosa, por acudir a la peluqueria en la que de niño se cortaba el pelo, con el riesgo que conlleva para él mismo su seguridad, de la que no duda ya que es el motivo por el que es capaz de todo, no le importa lo más mínimo ya que la sensación de poder sucederle cualquier cosa, es el mayor de los motivos que le hacen ir al límite de sus propias situaciones.
Cosmopolis, es interpretación pura ya que no hay situación alguna que pueda enlazarse entre un actor y otro, cada cual tiene su papel, y de él rara vez se desvela interés alguno por los demás, donde la frialdad es el alma de cada uno de los personajes que podemos ver en Cosmopolis.
Dicho así, Cosmopolis me resulta una gran película, más cuando la frialdad de cada personaje me lleva a la aventura de querer conocerles mucho más.