Vengo con El Rabino y el Pistolero, una película cuanto menos extraña, de la manera en la que Harrison Ford, protagonizó la película, ya que no es que fuese mala idea, ya que el trabajo del director, pasó a ser la mayoría de las idioteces que pudo grabar, la historia de la película poco tuvieron que ver con lo que fueron los resultados.
Está película, es la historia de un judio enviado a San Francisco, donde efectua su labor religiosa al mismo tiempo, en el que se casará, no sin antes atravesar toda una serie de dificultades tiroteando, atracando y golpeando con el único fin de encontrarse con los indios, junto con un pistolero atracador de bancos que le acompañara en su frenético viaje.
Harisson Ford, aparte de haber llegado por aquel entonces a lo más alto, actuando en multitud de películas de éxito, por lo que este personaje le venía como anillo al dedo, solo que la perfección de unas películas y otras, pueden ser un auténtico desastre en otras.
Además, hay que tener en cuenta, que por aquel entonces, el Western, estaba practica-mente en un puro y duro bajón del que pocos lograban lanzarse y bitutear un éxito, por lo que con esta película, no fue ni más menos que darse cuenta de lo que no deberían filmar, y que sin duda, se filmó, aun así, Harrison Ford, tuvo su momento de gloria del que mantendrá durante todo el tiempo.
Una película sin demasiado ritmo, la historia confusa sin demasiado tema para mantenerse y seguir la película, un avance a tropezones y repetitivas escenas que acaban con la película, cómo empezó, sin entenderla.