Porqué no debemos darle huesos a nuestras mascotas

Una de las creencias más arraigadas en la mente humana es que nuestras mascotas pueden alimentarse de huesos y sobras, sin que esto les ocasione problemas de salud. De hecho, hemos crecido viendo a nuestras amigos peludos disfrutando de huesos de todo tipo de animales. Aunque esa dieta no les haya perjudicado, muchas familias sufrieron la pérdida de sus queridas mascotas por ignorar el daño que este tipo de alimentación puede causarles.

Los huesos, tanto chiquitos como grandes, pueden provocar todo tipo de lesiones a nuestras mascotas; desde pequeñas laceraciones en la boca hasta graves perforaciones en el tracto digestivo del animal. Si bien es cierto que en su estado natural, perros y gatos se alimentan de carne cruda y de huesos, también es importante recordar que muchos animalitos en estado salvaje viven muchos menos años que aquellos que disfrutan del cuidado del ser humano.

¿Por qué no debemos darle huesos a nuestras mascotas?

  • Los huesos duros provocan desgaste dental y hasta fracturas en los dientes que pueden resultar muy dolorosas para el animal o terminar en una infección.
  • Pueden provocar pequeñas lastimaduras y llagas en la lengua, el paladar y otras partes de la boca del animal, causándoles molestias y dolor.
  • Las astillas de los huesos pueden causar perforaciones en el esófago, estómago o intestinos de tu mascota, que en muchos casos pueden requerir una intervención quirúrgica. Lo mismo ocurre si el animal ingiere el hueso entero o pedazos grandes de él, ya que les obstruye los intestinos.

No importa cuánto le gusten los huesos a tu perro o gato; no se los des. En el mercado existen una gran variedad de imitaciones que le resultarán igualmente sabrosas y que no le producirán ningún daño. Puedes utilizar huesos, pelotas o tiras de cuero, orejas o juguetes; cualquiera de ellos puede ser una opción tan entretenida y deliciosa como un hueso real, pero más seguro y saludable.

Si observas que luego de jugar o comer un hueso, tu mascota perdió el apetito, está desanimado, no puede defecar o vomita sangre, llévalo con urgencia al veterinario.

Recuerda que al traer una mascota a casa somos responsables de su cuidado y bienestar; y aunque a veces cuesta negarle sus gustos, siempre es mejor prevenir que curar.

Fuente | El encantador de perros

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